Desde que decidió romper el silencio y relatar a LA GACETA cómo se habría pergeñado la presunta maniobra para desviar cheques destinados al pago de tributos municipales, la vida del lavandero Víctor Saad ya no es la misma.
Asustado por la situación, el comerciante le manifestó a sus abogados que teme por lo que le pueda suceder. Este fin de semana les dijo a sus representantes legales Marcelo Seidán y Pablo Caram que una camioneta negra con vidrios polarizados comenzó a merodear cerca de su casa. Y que a raíz de este hecho decidió irse a vivir momentáneamente a la casa de un familiar.
Saad aparece en un expediente municipal como una de las personas que cobró los cheques que en 2011 había emitido el empresario y senador sanjuanino Roberto Basualdo para cancelar una deuda tributaria con la Dirección de Ingresos Municipales (DIM). El viernes, el comerciante decidió contar lo sucedido. Sin mencionarlo, el lavandero dijo que le había prestado una cuenta que tenía abierta en el banco HSBC a uno de los dos inspectores de la Dipsa (presuntamente a José López) actualmente investigados por el fiscal penal de la V Nominación, Washington Navarro Dávila, por ser supuestos integrantes de una "Municipalidad paralela". De acuerdo con las pesquisas que lleva adelante el funcionario judicial, los dos empleados municipales -ya fueron separados de sus cargos- que aparecen en el expediente Nº 27839/12 son Gabriel Gerez y López. Sobre este último, el fiscal comprobó personalmente que un lavadero industrial de calle Maipú al 2.200 le pertenece.
En diálogo con LA GACETA, Saad vinculó -sin nombrarlo- al inspector López en una presunta maniobra destinada al cobro indebido de cheques. "Soy una persona honorable y no tengo problemas con nadie. Le hice una gauchada a un empleado de la Dipsa y me terminó perjudicando", sostuvo Saad en compañía de sus abogados. También relató: "tenía una lavandería y me fundí. Pero me quedó la cuenta corriente abierta en el HSBC. Seguí lavando ropa en mi casa con los tres o cuatro clientes que me quedaron. Entonces, al ver que empezaba a crecer de nuevo con el negocio, esta persona (el inspector de la Dipsa) me dijo: 'che, venite a lavar acá en mi negocio'. Y me pongo a lavar con ellos porque estaba cansado de lavar en mi casa. Yo lavaba la ropa de mis clientes, y cuando cobraba les daba un porcentaje a los dueños, porque usaba su lavadero".
Ayer, al ser consultado por este diario, el letrado Caram adelantó que hoy a primera hora presentará un escrito ante la Fiscalía V, para solicitar que su cliente sea citado a declarar. "Realizaremos un apersonamiento mañana (por hoy) a las 7.30 para pedir que Saad sea citado a declarar. Estimamos que el martes (por mañana) será llamado", conjeturó el letrado.
En 2011, cuando Basualdo SA le abonó al municipio el millón de pesos que le adeudaba en tributos, solicitó el libre deuda. Desde la DIM le informaron que aún quedaba un saldo de $ 300.000. Para justificar el pago, el empresario entregó copias de cheques -no a la orden- del Banco Francés a nombre de la Municipalidad. Pero esos valores no ingresaron a las arcas municipales: habrían sido cobrados por terceros (uno de ellos, Saad).
Las claves del escándalo
1- El conflicto entre las empresas Basualdo SA y el municipio comenzó en septiembre de 2011, por una deuda tributaria de más de $1,3 millón.
2- La firma mayorista intentó justificar el pago de esas tasas municipales y presentó recibos que resultaron se apócrifos.
3- No sólo aparecieron recibos y sellos truchos. Para cobrar cheques de Basualdo SA habrían fraguado la firma de dos funcionarios y la de una escribana.
4- Según consta en un expediente municipal, los cheques de la empresa fueron cedidos a un tercero (Víctor Saad), quien terminó cobrando esos valores.